miércoles, 2 de mayo de 2018

mayo 02, 2018 por FelizSanMarketing   Sin Comentarios

Cada día podemos leer decenas de noticias ocurridas a lo largo y ancho del planeta que tienen que ver con el avance tecnológico.  Nuevos negocios emergen de la nada para hacer millonarios en poco tiempo a quiénes tuvieron la magnífica idea de iniciarlos. Aplicaciones digitales totalmente desconocidas se hacen un hueco entre las más descargadas y utilizadas del mundo por ofrecer un servicio totalmente innovador. Otros negocios, sin embargo, llevan siglos en activo y en mayor o menor medida  se han visto obligados simplemente a adaptarse a los nuevos tiempos para no extinguirse.  Uno de estos negocios es el de la música.

Desde la aparición del vinilo y su paso posterior a la era del CD, la industria musical no paró de crecer. Algunas discográficas se hicieron con el monopolio de la industria de cada país, eligiendo a su antojo qué artista sería  el más escuchado en la radio, en las discotecas de las ciudades y en las verbenas de verano de los pueblos. Esas discográficas fueron las culpables de los silbidos provenientes del patio interior de tu bloque a la hora de comer y que no podías quitarte de la cabeza en toda la tarde.
Con la llegada del formato MP3, el tráfico musical se agilizó y facilitaba el intercambio de archivos a través de internet y cualquier dispositivo digital. La piratería aumentó notablemente y las discográficas comenzaron a ver tambalear su imperio tras años de poder absoluto.  Por otro lado, miles de artistas jóvenes y no tan jóvenes, vieron abierta una puerta enorme para entrar en el mundo del espectáculo que antes se les antojaba imposible con el poder de las compañías discográficas. Y es aquí, amigos, donde toma protagonismo lo que conocemos como Marketing Digital.

El universo digital ha iniciado un movimiento mundial dónde cientos de artistas sin apenas presupuesto se han hecho famosos de la noche a la mañana. Por un lado, este movimiento nos ha regalado himnos y artistas maravillosos que pasarán a la historia de la música por su talento o su forma de trabajar; por otro lado, la cantidad de material insignificante y que no pasará a la historia, es aún más grande.  Y es que, la facilidad para producir canciones y comenzar a darse a conocer gracias a las nuevas tecnologías, ha permitido que con poco presupuesto algunos artistas se inicien en la industria; sin embargo, la competencia para hacerse con el éxito mundial del mes es abrumadora. Por ello, para hacerse un hueco entre los más grandes ya no basta con el talento y la voz, sino que es necesaria una campaña de marketing que consiga llamar la atención del mundo digital.
A través de decenas de portales o aplicaciones musicales como Soundcloud, Mixcloud, Spotify, Beatport, Youtube o Itunes, cualquier persona puede conseguir producir una canción y ponerla en venta o darla a conocer desde su casa. Esta campaña de auto-marketing será absolutamente necesaria para atraer la atención de tus potenciales seguidores.

En esta pequeña guerra todo vale, el único objetivo es conseguir captar el interés del planeta a cualquier precio. Tu voz ya no cuenta; cómete el donut, quítate el top, prueba la salchipapa o dale mandanga de la buena y te harás viral. Otra opción es concursar en un reality televisivo y después contratar los servicios de un estudio musical. Da igual que te denigres, que tu dignidad se esfume por la ventana o que hagas el ridículo hasta el punto en el que vivas con ello para el resto de la eternidad; da igual que el mismísimo Beethoven se esté revolviendo en su tumba escuchando tus berridos, lo importante es llamar la atención.
La transformación digital ha llevado consigo una nueva forma de promoción musical. Casi como norma obligatoria, toda canción tiene que ir complementada con un videoclip adecuado que consiga estar en el punto de mira. Incitaciones a la violencia, al machismo o al racismo son parte de la polémica que te ayudarán a conseguir el  éxito. Las discográficas han tenido que transformarse y se han unido a este movimiento que parece que sólo acaba de empezar.

Antes del salto a lo digital parecía que peligraba seriamente la vida de las discográficas. Hoy, en abril de 2018, las discográficas siguen vivas y podemos decir que lo que ha hecho realmente la era digital con la ayuda del marketing digital, ha sido remover los cimientos de la industria musical, consiguiendo dividir a lo que hasta ahora se consideraba unánimemente como “arte”. No todas las artes son música, y hoy más que nunca, no toda la música es arte.

El dominio del marketing en todas sus ramas es cada día más fuerte. Quién aprende a manejarlo tiene en sus manos una gran fuerte de poder que le permitirá moldear el entorno a su antojo. Los que vivimos en el siglo XXI seguimos con nuestras vidas mientras sigilosamente “algo” se hace con el control de ellas, y ese “algo” tiene nombre y apellidos: MARKETING DIGITAL.


Fuente: De elaboración propia.




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